27 enero 2019

LA AVENTURA DEL "CUATRO VIENTOS"

Recordar la aventura del "Cuatro Vientos", es rememorar la aventura de la aviación española en sus primeros años y de dos de sus protagonistas, Mariano Barberán y Joaquín Collar. Dos nombres que van indisolublemente unidos en la historia de la aviación.

Es difícil imaginar en nuestro siglo XXI, cuando ya no hay distancias a superar, la aventura que suponía en el primer tercio del siglo XX, realizar un vuelo de 8000 km sin escalas con un avión monomotor. Cruzar el Atlántico por su parte más ancha y solitaria, para alcanzar un sueño que a cualquiera se le antojaría imposible, menos a dos hombres: Mariano Barberán y Joaquín Collar.

Antes, el "Plus Ultra", un hidroavión alemán Dornier Do J, con el comandante Ramón Franco, el capitán Julio Ruiz de Alda, el teniente Juan Manuel Durán y el mecánico Pablo Rada, había llegado a Buenos Aires tras varios saltos, dando inicio a una serie de grandes raids de la aviación española que acabaría con la aventura del "Cuatro Vientos" y su enigmático final.

Los Protagonistas

Mariano Barberán y Tros de Ilarduya, nació en 1895 en Guadalajara donde ingresó en la Academia de Ingenieros, saliendo como teniente en 1917. Ingresó un año más tarde en el servicio de aeronáutica, siendo admitido primero como observador en 1919, y desde 1924 como piloto de aeroplano, participando activamente en la guerra de África. Fue condecorado en todas las campañas en las que participó y en 1926 fue el más estrecho colaborador de Ramón Franco en la preparación del vuelo del "Plus Ultra".

En 1927 fue nombrado profesor de la Escuela de Observadores, siendo director de ésta desde 1928 a 1931. Antes de iniciar el raid, fue condecorado con la Gran Cruz de Isabel la Católica por el presidente de la República, Niceto Alcalá-Zamora.

El capitán Mariano Barberán y el teniente Joaquín Collar
Joaquín Collar Serra, nació en 1906 en Figueras (Gerona). Ingresó en la Academia de Caballería de Valladolid en 1921 saliendo de alférez en 1925. Participó en la guerra de África y en 1927, ya de teniente, ingresó en la escuela de aviación de Los Alcázares para realizar el curso de observador. En marzo de 1929 recibe el título de piloto de aeroplano de guerra. Su fama como excelente piloto le lleva a ser destinado como instructor en la Escuela de Pilotos de Alcalá de Henares. Amigo de Ramón Franco, participó con él en la intentona republicana de 1930, exiliándose en París y Lisboa tras el fracaso de ésta.

Regresa a España en 1931 tras el proclamación de la República, recuperando su antiguo puesto y empleo. Se le consideraba uno de los mejores pilotos de aquella época.

El Avión 


El Breguet XIX GR (Gran Raid) Super-Bidón fue fabricado especialmente para la ocasión por Construcciones Aeronáuticas S.A. (CASA) en Getafe.

Fue construido partiendo del modelo Breguet Bre 19 TR "Bidón" con modificaciones sustanciales que afectaron principalmente a la superficie alar, a una disminución del coeficiente aerodinámico de resistencia total y a un aumento de la carga de combustible. 

Se amplió aún más la capacidad de su gran depósito, lo cual dada su posición en el centro de la estructura equivalía casi a rediseñar por completo el avión.


El Breguet XIX "Cuatro Vientos", un sesquiplano de patente francesa.
Podía cargar un total 5.300 litros de gasolina y 220 de aceite. La cabina era cerrada y en la parte delantera llevaba un panel de instrumentos de vuelo muy completo con tacómetro, manómetros de aceite y combustible, dos brújulas, un altímetro, variómetro, reloj, integral de vuelo con anemómetro,  girómetro y horizonte artificial. 

En parte trasera, donde se situaba Barberán,  llevaba mandos de vuelo duplicados además de integral de vuelo, idéntico al del piloto, anemómetro, altímetro y tacómetro. Tanto la cabina delantera como la trasera disponían de iluminación eléctrica para la lectura de los instrumentos durante el vuelo nocturno. No llevaba radio para no aumentar peso. 

El "Cuatro Vientos" estaba equipado con un motor Hispano Suiza 12 Nb de 650 cv, construido en Barcelona, con 12 cilindros en "V" y 6 carburadores (uno por cada dos cilindros).

El avión se construyó en cuatro meses y medio y costó 80.000 pesetas que fueron financiadas por el Gobierno, el Ministerio de la Guerra y la Jefatura de Aviación Militar.

El sargento Modesto Madariaga fue designado por Barberán como mecánico de asistencia de este proyecto. Perfecto conocedor del avión ya que supervisó la fabricación y puesta a punto del Breguet XIX. Antes de iniciarse el vuelo, Madariaga partió en barco hacia La Habana para esperar allí la llegada del "Cuatro Vientos", llevando consigo piezas de recambio para el avión y uniformes para los tripulantes.


El Vuelo

La posibilidad de realizar este vuelo rondaba en la cabeza de Mariano Barberán desde 1927. Unir España-Cuba-México en dos etapas siguiendo la ruta colombina. Primera etapa desde Tablada en Sevilla a La Habana en Cuba, 8000 km sin escalas, la segunda de La Habana a Ciudad de México, casi 2000 km. Una empresa difícil pues suponía sobrevolar el Atlántico por su parte más ancha, casi 6000 km sobre el solitario océano. Iba a ser la mayor distancia recorrida hasta la fecha en aeronave sobre el mar. 
  

El 9 de junio de 1933 a las 15:30, el "Cuatro Vientos" despegó de Getafe rumbo a Tablada (Sevilla) en vuelo posicional. En Sevilla esperaban el sargento Madariaga, dos mecánicos de CASA y un montador de Hispano Suiza. Cuando llegó el avión, se le cambiaron las ruedas y la hélice.

Al anochecer, los informes meteorológicos recibidos desde Cuba eran favorables, y por ello se dispuso la salida para la madrugada del día siguiente. A las 04:35 del 10 de junio, el "Cuatro Vientos" despegó de Sevilla. Tras seis años de preparativos, comenzaba el vuelo soñado.

A la media hora de haber despegado, abandonan la costa española cerca de San Lúcar de Barrameda y se internan en el mar con rumbo 256º (SSW).

Cinco horas después y a 1500 m de altitud, sobrevuelan las Islas Madeira cubiertas de nubes. La solitaria inmensidad del océano por delante.

Cuando llevaban nueve horas y media de vuelo, Barberán, que se encargaba de la navegación, comprueba mediante el sextante que estaban en la ruta prevista. Todo bien.
  

Horas después, el teniente Collar, que está pilotando desde Sevilla, se siente repentinamente indispuesto, con escalofríos y malestar por todo el cuerpo. La tensión, los nervios y la postura inmóvil en la estrecha cabina le pasan factura. Se lo comunica a Barberán por medio del tubo de la bocina y éste se hace cargo de los mandos. Normalmente las comunicaciones entre ellos eran a través de papeles escritos, ya que era difícil oírse debido al ruido del motor.


Más adelante, Collar tras descansar y una vez repuesto se hace cargo nuevamente de los mandos. Cuando llevan veinticuatro horas y media de vuelo ven por primera vez la estrella Polar y Barberán puede tomar la latitud: paralelo 22, lo previsto.


Cuando llevan más de 30 horas de vuelo, Barberán le da a Collar un nuevo rumbo (270º) y una nota donde le dice que dentro de tres horas llegarán a la bahía de Samaná (República Dominicana). El cálculo es preciso y cruzan la isla por su costa norte. 

Están preocupados por la gasolina. No se fían del indicador y sopesan aterrizar en Guantánamo, pero el tiempo es malo y deciden continuar a Camagüey donde aterrizan a las 15:39 hora local del 11 de junio. El "Cuatro Vientos" ha recorrido 7600 km en 39 horas y 55 minutos con una velocidad media de 190 km/h. Quedaban 100 litros de gasolina.

En cuanto se entera de la llegada del avión, el mecánico Ernesto Madariaga se prepara para desplazarse a Camagüey en un avión militar con todos los bartulos: herramientas y piezas necesarias para el arranque del aparato.

El sargento mecánico Modesto Madariaga con mecánicos cubanos
El lunes 12 de junio, a las 14:22 hora local el "Cuatro Vientos" despega rumbo a La Habana acompañado por cuatro aviones del ejército cubano. Aterrizan tres horas después. El calor es infernal y el recibimiento, apoteósico. 

En La Habana todo son agasajos e invitaciones durante toda una semana. Una actividad frenética que les impide descansar lo suficiente y habituarse al clima. 

Están agotados física y mentalmente. Barberán quiere salir cuanto antes para México, pero Collar sólo quiere descansar, está con  dolores de estómago y escalofríosSe fija la fecha de salida para la madrugada del 20 de junio. El estado físico de ambos no es el mejor para iniciar la segunda etapa de su viaje. Aunque ésta sea de "sólo" 1920 km.  

Una etapa más corta que la anterior pero con dificultades. Barberán no había preparado este segundo salto con tanto detalle como el de Sevilla-Cuba. Se calculó que invertirían como doce horas en realizar el trayecto.

Rechazaron el ofrecimiento de instalar una radio, no la veían necesaria y además adujeron que tenían que realizar el vuelo con la misma equipación que habían salido de Sevilla. Todo lo que fuese a bordo tenía que haber sido fabricado en España. 

Modesto Madariaga trabaja toda la noche poniendo a punto el avión. La grieta en el depósito de combustible, detectada días atrás, ha sido reparada. Se cargan 2150 litros de combustible y más de 200 de aceite.

A las 05:52 y bajo una lluvia incesante, el "Cuatro Vientos" despega del aeródromo de Columbia, al norte de La Habana. 

La Desaparición

A partir de aquí la crónica de la aventura del "Cuatro Vientos" deja el terreno de los datos concretos para entrar en el de las especulaciones y el misterio. 

Villahermosa, último sitio donde fue visto el "Cuatro Vientos"
Hay testimonios de diferentes avistamientos sobre suelo mexicano. El último fiable fue a las 11:35 (hora local) sobre Villahermosa, capital del Estado de Tabasco, después se pierde definitivamente el rastro del "Cuatro Vientos".

La espera en Ciudad de México se hizo inútil; no dieron señales de vida y toda la búsqueda organizada no consiguió ningún resultado. Hoy sigue siendo un misterio cómo fue la desaparición del "Cuatro Vientos" y de sus dos intrépidos tripulantes, Mariano Barberán y Joaquín Collar.


Reproducción del "Cuatro Vientos" en el  Museo del Aire de Cuatro Vientos.

Bibliografía:

-El Vuelo del Cuatro Vientos 
 Epopeya y Tragedia de Barberán y Collar. 
 Alfonso Domingo y Jorge Fernández-Coppel

-Días de Gloria y Tragedia: El "Cuatro Vientos"
 Antonio González Betes
 Ministerio de Defensa



15 enero 2019

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