¿Es posible que se pueda perder un avión?
El sábado 8 de Marzo de 2014, un Boeing 777-200ER de Malaysia Airlines , matrícula 9M-MRO, que realizaba el vuelo MH370 de Kuala Lumpur a Pekín con 227 pasajeros y 12 tripulantes desapareció aproximadamente una hora después del despegue. El contacto radar se perdió a 175 km al NNE de la costa de Malasia y a unos 223 km al SW de Vietnam. Se pusieron en marcha inmediatamente equipos de salvamento y rescate con ayuda de barcos, aviones y satélites. Se iniciaba así una de las búsquedas mas amplias, exhaustivas y costosas de la historia de la aviación para tratar de resolver un misterio que cuatro años después sigue sin resolverse.
El Boeing 777 9M-MRO |
La falta de notificación por parte de la tripulación de cualquier cosa anormal a bordo, ya sea fallo técnico o intento de secuestro, indujo a pensar en un primer momento que lo que le ocurrió al MH370 fue algo catastrófico y repentino, sobre el mar. En un accidente aéreo la dispersión de restos suele ser muy grande pero cuando ocurre sobre el océano es más grande todavía. Cualquier pieza aerodinámica como trozos de ala o partes de los estabilizadores de cola, el viento y las corrientes los pueden dispersar como si fueran de papel, en tanto que las partes más pesadas como el tren de aterrizaje, motores, etc caen a plomo y se hunden. En el caso del A330 de Air France que cayó al Atlántico en 2009 se tardaron dos años en recuperar la CVR (Cockpit Voice Recorder) (1) una de las dos cajas negras del avión.
En este tiempo de alta tecnología, que estamos todos comunicados a través móviles, coches con GPS, etc y que, como se ha visto últimamente, podemos estar localizados y vigilados por las agencias de información, ¿es posible que desaparezca un avión que puede llegar a pesar más de 300 toneladas y no se tenga rastro de él? Pues sí, es posible pero también es raro.
Aunque, como hemos visto, es posible que a los pilotos no les diera tiempo a comunicar la emergencia y su posición, surge la siguiente pregunta: ¿Como es posible que el ATC (3) no supiera donde se encontraba el avión? Esto es posible porque se encontraba sobre el mar.
Es un error bastante común, pensar que los aviones están en constante comunicación con tierra y que el avión está siempre visualizado en el radar de tráfico aéreo (SSR) (4) que permite su identificación y seguimiento. La señal radar desaparece entre 180 y 250 km de la costa (varía según tipo de radar, meteorología, etc), más allá este radar no tiene alcance. Después la comunicaciones de voz son vía HF. Cuando se alcanzan los puntos de notificación obligatoria (reporting points) que se deben pasar a lo largo de la ruta y que están señalados en los mapas se comunica la posición, velocidad y altitud del avión. Los aviones modernos lo hacen automáticamente a través del sistema de gestión de vuelo FMS (Flight Management System).
Aunque actualmente los aviones llevan GPS, este sólo le sirve al piloto para determinar su posición, pero no para que el control de tierra conozca la posición de éste. Es como si nos encontramos con nuestro móvil que tiene receptor GPS en mitad del desierto, me dirá donde me encuentro pero no podrían localizarme a través de él ya que no hay cobertura móvil. Lo mismo le sucede a un avión sobre el océano. Equipar a los aviones con un sistema de seguimiento en tiempo real vía satélite supondría para toda la industria aeronáutica miles de millones de dólares. Mucho dinero, pero que en casos como este, la inversión valdría la pena.
Muchos de los aviones comerciales llevan balizas de localización que la tripulación puede activar en un instante. También se activan en determinadas circunstancias como un impacto con el agua, aunque su señal a gran profundidad no es muy efectiva. Así sucedió el caso del B747 de Korean Airlines derribado por un avión ruso cerca de la isla de Sajalín en 1983.
El B777 9M-MRO de Malaysia Airlines estaba equipado con ACARS (5). El ACARS es un sistema que permite una transmisión de datos aire-tierra-aire, datos técnicos o envío/recepción de datos de performance, hoja de carga, etc. Pero el ACARS no trabaja en tiempo real sino que se transmiten/reciben datos cada determinados periodos de tiempo. Sus información es muy válida pero sólo para un análisis posterior.
Por el momento lo que se sabe a ciencia cierta es que el avión cambió inesperadamente de rumbo y se dirigió al sur, adentrándose en el océano Índico. Un cambio, que se puede afirmar fue deliberado por la forma en la que se apagaron todos los sistemas de comunicación. Esto alimenta la hipótesis de que éste fuera victima de un secuestro que acabó mal o de un suicidio.
En un muy interesante artículo (6) publicado en Hispaviación, su autor (7) señala seis factores fundamentales a tener en cuenta en los accidentes aéreos que ocurren en el mar:
1. Salvo raras excepciones, los accidentes aéreos que ocurren en el mar no cuentan con testigos en las inmediaciones.
2. No se cuenta con la última posición radar de la aeronave. El vuelo en rutas oceánicas no cuenta con una cobertura de seguimiento total del vuelo, por lo que cuando ocurre el suceso, no existe una última posición radar fiable de la aeronave.
3. La colisión contra el agua suele ser a elevada velocidad y con un gran ángulo de impacto. Esto conlleva la rotura inmediata de la aeronave y su hundimiento en un tiempo breve.
4. La dispersión de los restos de la aeronave es muy extensa.
5. La búsqueda de los restos es larga y laboriosa, por lo que conlleva costes económicos muy elevados.
6. El entorno de trabajo de búsqueda es hostil para el ser humano.
Por el momento lo que se sabe a ciencia cierta es que el avión cambió inesperadamente de rumbo y se dirigió al sur, adentrándose en el océano Índico. Un cambio, que se puede afirmar fue deliberado por la forma en la que se apagaron todos los sistemas de comunicación. Esto alimenta la hipótesis de que éste fuera victima de un secuestro que acabó mal o de un suicidio.
En un muy interesante artículo (6) publicado en Hispaviación, su autor (7) señala seis factores fundamentales a tener en cuenta en los accidentes aéreos que ocurren en el mar:
1. Salvo raras excepciones, los accidentes aéreos que ocurren en el mar no cuentan con testigos en las inmediaciones.
2. No se cuenta con la última posición radar de la aeronave. El vuelo en rutas oceánicas no cuenta con una cobertura de seguimiento total del vuelo, por lo que cuando ocurre el suceso, no existe una última posición radar fiable de la aeronave.
3. La colisión contra el agua suele ser a elevada velocidad y con un gran ángulo de impacto. Esto conlleva la rotura inmediata de la aeronave y su hundimiento en un tiempo breve.
4. La dispersión de los restos de la aeronave es muy extensa.
5. La búsqueda de los restos es larga y laboriosa, por lo que conlleva costes económicos muy elevados.
6. El entorno de trabajo de búsqueda es hostil para el ser humano.
Trozo de alerón encontrado en las Islas Reunión |
Trozo del carenado de un motor encontrado en Isla Rodrigues (Mauricio) |
(2) Quick Reference Handbook (Libreta de Emergencias y Anormalidades)
(3) ATC (Air Traffic Control) Control de Tráfico Aéreo
(4) SSR (Secondary Surveillance Radar)
(5) ACARS (Aircraft Communications Addressing and Reporting System)
(6) http://www.hispaviacion.es/misterios-aereos-accidente-aereo-mar/
(7) Miguel Ángel Segovia Benítez. Teniente de Navío de la Armada Española Controlador Táctico de Aviones en la Mar (CTAM)
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